Y todo es maravilloso, incluso una brizna de paja sobre la tierra o una mota de polvo en el aire. A veces el ardor del viajero, su capacidad contemplativa y los símbolos penetran en él, otras veces es él quien entra dentro de los signos, o se derraman sobre él las estrellas del cielo, o es el cielo el que desciende y siente la impresión de que se encuentra en su pecho, o, incluso, se ve sobre él observando la tierra. Con frecuencia la tierra le sirve de compañera y le dice: “¡Mírame!. Aprecia las maravillas que hay en mí.” Najm ud.din Kubra s. XII

Este es mi diario visual